FUERA LA TROIKA Y SUS AMIGUETES DE BILBAO
Mikel Noval, responsable de Estudios de ELA
Han
pasado más de 13 años desde que, en septiembre de 2000, tuvieron lugar
en Praga unas importantes movilizaciones para rechazar las políticas de
ajuste que han venido recetando invariablemente el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), con independencia del
paciente y de la enfermedad a tratar.
Durante
estos años, instituciones antidemocráticas como el FMI, el BM, el G-8 o
la OMC han tenido que buscar sitios cada vez más recónditos, cada vez
más protegidos por la policía, para poder seguir reuniéndose. Ello no ha
evitado el desprestigio creciente de esas instituciones y de los
gobiernos que han aplicado sus políticas a rajatabla. Este desprestigio
no solo es obvio en América Latina, donde las políticas de ajuste
acordadas entre los gobiernos y estas instituciones intergubernamentales
internacionales arruinaron la vida de mucha gente, generando un
fortísimo aumento de la pobreza, de la desigualdad social y
enriqueciendo a una minoría poderosa. También lo es en la Unión Europea,
donde todo el mundo reconoce que las políticas de ajuste nos han
llevado a aumentar notablemente el paro, la pobreza y a agravar la
recesión (quedan fuera quienes se dedican a dar ruedas de prensa sin
preguntas o a responder lo que no tiene que ver con lo que se pregunta,
que son unos cuantos).
Pero
Spain is different. Y a lo que se ve hay quien quiere que Euskal Herria
también lo sea. 13 años después de que se iniciase en Europa el
calvario social de estas instituciones internacionales, el gobierno
español no ha tenido mejor ocurrencia que organizar en Bilbao el 3 de
marzo una Cumbre Económica Mundial (es decir, una especie de Davos 2)
titulada “Foro Global España 2014: de la Estabilidad al Crecimiento”.
Símbolo de normalidad, dicen. En esta Cumbre van a participar la
directora general del FMI (Christine Lagarde, envuelta en casos de
corrupción cuando fue ministra de Sarkozy, y cuyo salario está exento de
pagar el Impuesto sobre la Renta), el secretario general de la OCDE
(Ángel Gurría), la Comisión Europea (quizás su presidente Barroso, y ya
confirmados Almunia, Michel Barnier y Karel de Gutch, responsable de las
negociaciones del acuerdo comercial UE-USA), el presidente del
Eurogrupo (que condiciona la concesión de créditos a la adopción de más
recortes), el presidente del Banco Europeo de Inversiones (agente
necesario para los negocios con la incineradora y las autopistas), la
Casa Real (el Rey o el Príncipe Felipe), el presidente del Gobierno
español (Mariano Rajoy), y el Lehendakari (Iñigo Urkullu).
Es
decir, el 3 de marzo se reúnen en Bilbao la Troika y unos cuantos
amigos. Los responsables de las políticas de empobrecimiento, del paro,
de la corrupción, de la falta de democracia real. La misma gente que se
tiene que esconder en Grecia o en Portugal. Que cuando van a Madrid
dicen que solo van a analizar a la banca, aunque no sea verdad. Se
reúnen en Bilbao quienes han decidido que vamos a salvar a la banca a
escote, a la que han dado ya (y más que quieren dar en el futuro)
decenas de miles de millones de euros de dinero público, que no se va a
recuperar. Por supuesto, estarán a su lado los presidentes de las
grandes empresas del estado español (Telefónica, BBVA, Inditex,
Iberdrola, etc.), que tanto dinero ganan gracias a las políticas de los
distintos gobiernos l. Estarán juntos los responsables de que el 99% de
la población viva cada vez peor. Y encima quieren que les aplaudamos.
No
lo van a conseguir. Bilbao no va a ser diferente a otras partes del
mundo. Bilbao va a ser un clamor contra la Troika. Va a ser un clamor
contra los dirigentes del FMI, de la OCDE, de la Comisión Europea, del
gobierno español, de la patronal, de la banca y de las grandes
multinacionales, que son quienes nos recortan nuestros derechos
laborales y sociales, quienes bajan los salarios, las pensiones, las
prestaciones por desempleo, aumentan la precariedad laboral, vulneran el
derecho a la negociación colectiva y un largo etcétera.
Por
eso, el 3 de marzo va a ser un día de movilización social. Un día
histórico. A las diez de la mañana dos columnas saldrán desde el Sagrado
Corazón y el Arriaga, para llegar hasta el Museo Guggenheim, donde se
celebra la Cumbre, y posteriormente habrá más actos.
Mención
aparte se merece el Lehendakari Urkullu. Por las políticas que aplica
no nos llama la atención que quiera aparecer, como uno más, en esa
Cumbre del 3 de marzo. Realmente es uno más en la aplicación de las
políticas de ajuste, como se ha demostrado a la hora de elaborar los
presupuestos (que ELA ha analizado y valorado) o a la hora de utilizar
la propaganda para ocultar su política real (como cuando habla de plan
de empleo a la vez que recorta el empleo público). Su presencia muestra
el acuerdo de su gobierno con las recetas económicas más rancias.
El
3 de marzo el Lehendakari no va a representar a la mayoría social
vasca, que va a estar en la calle. Pocas veces habrá una desconexión
mayor entre el sentir generalizado de la población, que no quiere que
vengan la Troika y su capitalismo de amiguetes, y lo que va a hacer el
Lehendakari, dando coba a toda esa gente sin alma. Valoraríamos su
ausencia, como concluimos que su anunciada presencia legitima
políticamente la tiranía de las grandes empresas y de la banca. Es su
opción. Una opción a favor de una minoría que se enriquece a costa de
exprimir cada vez más a la mayoría. ¡Y luego hay quien dice que no hay
lucha de clases!.
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